Xóchitl es una palabra tomada del náhuatl que lleva por significado “flor.” La manera en la que podemos interpretar la flor dentro de la naturaleza es como una detonación de luz. Al tener un montón de flores en el campo, la luz se multiplica y se torna en un ambiente iluminado de vida, color y esencia. Es así justo como Xóchitl logra captivar nuestros sentidos; brindando la luz y calidad al espacio.
La lámpara de suspensión Xóchitl consiste de tres componentes principales: la base, el aro y el cuerpo secundario. Tal como una flor tiene etapas en su vida, nuestra lámpara también. Comenzando por la siembra, ensamblando todas sus partes. Seguido por la germinación, cuando se instala la lámpara por vez primera en un espacio determinado. Después se da el crecimiento, brotando de luz cuando es ya encendida. La reproducción llega a suceder justo cuando bajo el espacio determinado suceden un millón de actividades y la luz que Xóchitl brinda se esparce entre quienes habitan o interactúan bajo esa calidez. Finalmente llega la desecación, ocurriendo justo cuando la luz es apagada y el espacio es desocupado.
La intención de este producto es convertir esta lámpara en un ícono cultural mexicano, que pueda trascender y florecer como símbolo de unión mediante la luz.
Diseño por: Daniela Valle, Estefanía Leal y Alejandra Pacheco.
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